lunes, febrero 13, 2006

No te oí


Me hablabas, eran demasiadas palabras en un solo instante, y de pronto no te oí más. Seguí mirando tu boca como se movía mientras me decías no se que cosas, y mi corazón empezó a latir mas fuerte, una fiebre súbita atacó mi cuerpo, y solo podía imaginar tu boca jugando en mi cuerpo. Seguí el juego y me dejé llevar por mis deseos, disfruté de tu lengua dentro de mi, luego te tomé la cara y me besaste, me gusto tanto ese sabor mío en tu boca, volviste luego a la posición inicial y una explosión me aturdió por un siglo. ¿Me estás oyendo? Me preguntaste. Yo desperté, me acerqué a ti y no sabías a mí.

2 comentarios:

tirasdepapel dijo...

Tan familiar como doloroso... ese divagar en uno mismo, aventurarse a lo prohibido mientras te valvucean incoherencias que desearías no escuchar... ese sabor a uno mismo que nos hace excitar nuestros sentidos hasta quedar expuestos... aturdidos...
Y al final, no escuchaste nada... solo fuiste conciente de la aventura dentro de ti!

Zauberlehrling dijo...

¡Magnífico! Las palabras pierden protagonismo... Y los gestos y los demás sentimientos empìezan a vivir a través de nuestrso sentidos...

Gracias por la visita