No me encuentro
Ayer, al entrar a mi casa después de sacar a pasear a mi perra, me crucé con migo misma, que estaba de salida. Me miré sorprendida, y a mi me pasó lo mismo. Seguí mi camino y yo hice lo mismo. Entré a la cocina, pero la comida ya estaba lista. Reaccioné asustada y salí corriendo a ver si me alcanzaba en la calle, caminé un rato, pasé por el parque, por la tienda del barrio donde suelo comprar mis cigarrillos, no me veía por ningún lado, no me ví por donde siempre suelo pasar. Aún hoy no se donde estoy.
Ya no hay ayer
Caminé mucho por esos lugares de ayer y de ellos no queda nada. Las calles llenas de árboles que ahora no tienen hojas, el restaurante de comida árabe cerró, las montañas cercanas están áridas. Nuestros amigos siguen en el mismo lugar, sin moverse, se los tragó el tiempo y se quedaron como estatuas. Ya no queda nada, ni veo a nadie. Y como se que no me crees, te llamo para invitarte a buscar juntos esa memoria. Nos sentaremos en mi sala, miraremos por la ventana y te darás cuenta que ya no queda nada.
Ayer, al entrar a mi casa después de sacar a pasear a mi perra, me crucé con migo misma, que estaba de salida. Me miré sorprendida, y a mi me pasó lo mismo. Seguí mi camino y yo hice lo mismo. Entré a la cocina, pero la comida ya estaba lista. Reaccioné asustada y salí corriendo a ver si me alcanzaba en la calle, caminé un rato, pasé por el parque, por la tienda del barrio donde suelo comprar mis cigarrillos, no me veía por ningún lado, no me ví por donde siempre suelo pasar. Aún hoy no se donde estoy.
Ya no hay ayer
Caminé mucho por esos lugares de ayer y de ellos no queda nada. Las calles llenas de árboles que ahora no tienen hojas, el restaurante de comida árabe cerró, las montañas cercanas están áridas. Nuestros amigos siguen en el mismo lugar, sin moverse, se los tragó el tiempo y se quedaron como estatuas. Ya no queda nada, ni veo a nadie. Y como se que no me crees, te llamo para invitarte a buscar juntos esa memoria. Nos sentaremos en mi sala, miraremos por la ventana y te darás cuenta que ya no queda nada.
9 comentarios:
¿Quién dice que estás en tu memoria? Olvídate de ella: tú eres la de ahora y la de mañana por la mañana. ¿Quién dice que la de antes fuera mejor? (La de antes no me había escrito nunca, ni me había leído)Beso.
Santiago, que bonito lo que me escribes, ahora soy mejor y mucho mejor desde que pasé por tu espacio.
un beso
Deja que descubra por si mismo que no queda nada... No le guíes y permítele caminar por esas calles desoladas, para que sean sus ojos quienes guarden en su memoria un recuerdo más duradero del que podrían intentar dejar sus oídos y tus palabras.
Me encantaría reunirme contigo a indagar en la memoria, pero estás perdida y no sé dónde encontrarte. ya no estás donde solías... ;)
me ha gustado mucho el estilo breve, y la reflexion que provoca este trabajo.
ya me perdi en tus reflexiones....
gracias por compartirlas
¿Cómo que ya no queda nada?
Quedas tú, que es lo importante, nunca olvides eso. Todo lo demás lo puedes dibujar a tu antojo.
Un abrazo de hamster y gracias por leerme ;)
Avi.
Me recordaste un pacho ( o chiste o ocasion) que me pasó hace mucho... ese encuentro con uno mismo... pero en vivo y en directo, no como lo describes... casi nos da un paso a las 2... éramos iguales...
Pero bueno, hermanita mia, lo que queda es todo lo que eres, es tu escencia, es tu YO interior, es esa persona maravillosa que ves todos los días al espejo... a la que peinas y bañas con esmero... a la que le levantas la moral cada mañana...
Un abrazo!
Toparse y verse.. buscarse y no encontrarse.... eso está "heavy"
Evidentemente todos pasamos por ello.
Saludos!
Me encantó este primer cuento.
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