viernes, febrero 03, 2006


Viaje al norte

Hoy me dio por la música celta, repito una y otra vez aquella canción que llegó por el mail, mientras, una gota del vaso de ron cae por mi escote, y no se por qué, pero me siento plácida. Cierro los ojos y viajo gratis, al norte, cerca del mar, a la península, y oigo la banda del pueblo que anuncia mi llegada, todo es fiesta, por fin puedo ver su cara, pero descubro que nos conocíamos de siempre. Pasamos una semana aprendiendo las canciones de Los Parlantes y el himno del Atletic Club de Bilbao. Ahora abro los ojos, estoy a este lado, al sur, y me río de recordar la cicatriz en su pierna.

De vuelta

Me levanté y sabía que no sería un día normal. Salgo a la calle con la cabeza agachada, sin mirar al frente, sin saber a donde ir. Camino por mucho tiempo y mi actitud es la misma, no pienso en mi destino. Me canso de caminar, y decido levantar la cabeza y observar a mi alrededor. Descubro que llegué al lugar que buscaba, llegué a mi vida anterior. Entonces doy la vuelta y regreso. Sonrío y grito: ¡He vuelto!

A ojo cerrado

Me gustan los diccionarios. Los abro y siento su olor, los miro interminablemente, no busco nada en concreto, pero siempre encuentro las respuestas. Abro al azar una página y con los ojos cerrados señalo con el dedo una palabra, pienso entonces una pregunta: ¿Me odias? Abro los ojos miro la palabra escogida y leo: Encolerizar: Enfurecer, poner colérico a alguien. Cierro de nuevo el diccionario, juego a lo mismo, me pregunto: ¿Volverás? Abro lo ojos y leo: Deponer: Abandonar, dejar a un lado. Ya no quiero jugar más. Los diccionarios siempre dicen la ver
dad.