viernes, febrero 17, 2006

Cuentos


No me encuentro

Ayer, al entrar a mi casa después de sacar a pasear a mi perra, me crucé con migo misma, que estaba de salida. Me miré sorprendida, y a mi me pasó lo mismo. Seguí mi camino y yo hice lo mismo. Entré a la cocina, pero la comida ya estaba lista. Reaccioné asustada y salí corriendo a ver si me alcanzaba en la calle, caminé un rato, pasé por el parque, por la tienda del barrio donde suelo comprar mis cigarrillos, no me veía por ningún lado, no me ví por donde siempre suelo pasar. Aún hoy no se donde estoy.


Ya no hay ayer

Caminé mucho por esos lugares de ayer y de ellos no queda nada. Las calles llenas de árboles que ahora no tienen hojas, el restaurante de comida árabe cerró, las montañas cercanas están áridas. Nuestros amigos siguen en el mismo lugar, sin moverse, se los tragó el tiempo y se quedaron como estatuas. Ya no queda nada, ni veo a nadie. Y como se que no me crees, te llamo para invitarte a buscar juntos esa memoria. Nos sentaremos en mi sala, miraremos por la ventana y te darás cuenta que ya no queda nada.