jueves, enero 26, 2006

Elogio al desequilibrio



En la edición 66 de la revista El Malpensante leí este artículo, y transcribo parte de él:

En sus Cartas a un joven poeta, Rainer María Rilke, recomienda buscar siempre lo más difícil, “porque ahí se encuentra todo lo viviente”. El arte nunca nace de la plenitud, nace, en cambio, de una cierta tensión del vacío y como una forma de resolver esa tensión, no anulándola, sino ofreciéndole un cuerpo y un alma, que es el objeto artístico.
Incluso podríamos decir lo mismo de la historia: es sobre todo en los períodos de guerra cuando se producen saltos en el desarrollo tecnológico y en la evolución social de las naciones.
El movimiento nace del desequilibrio. La vida nace del desequilibrio, de la diferencia de potenciales químicos, eléctricos, gravitatorios. La supuesta “muerte térmica” del universo ocurre cuando toda la energía se encuentra en un equilibrio inmóvil, tibio y eterno.

Por eso imagino a veces, cuando la ciudad está dormida, como llega la muerte de ideas, de amores, de odios. La dificultad es constante y eso nos hace activos, pobre del quieto, pobre del que cree que todo le es fácil, que poco tiene para dar, pobre del equilibrado. Me alegro de mi constante actividad, de mi dificultad para escribir, pintar, amar, y hasta odiar, me alegro de mi desequilibrio insistente. No quiero estar plena por que entonces todo habrá acabado.