
Tú, que todo lo sabes, ¿no podrías prestarme ese manual tan operativo que empleas? Hoy quiero ser tan cerebral como tú.
Por fin se acabaron estas fiestas de navidad y año nuevo. Por fin ya los zapatos nuevos que les regalaron el 24 (y que el 25 todos estrenaban) ya están sucios, por fin a todos se les quitó esa carita de parranda y esa emoción ridícula de sentirse en diciembre, por fin se deja de oír la pólvora que tiran todas las noches, por fin el niño dios nació (cuantas veces ha nacido ya?), y el año nuevo empezó.
Pero para no parecer una amargada, debo confesar que estas fiestas, estas últimas, han sido un encuentro maravilloso con la familia, y he bailado como hace mucho no lo hacía.
Sigo esperando los regalos.