viernes, enero 26, 2007
domingo, diciembre 31, 2006
al revés
miércoles, diciembre 27, 2006
un tambor para sensibles
martes, diciembre 19, 2006
empecé por el final
viernes, julio 14, 2006
Bajo presión
miércoles, junio 07, 2006
Contra la soberbia, regetton
lunes, abril 17, 2006
La factura de la luz
sábado, marzo 18, 2006
Respuestas
Soy lectora adicta de la revista Gatopardo, y siempre que leo el cuestionario de la última página que le hacen a algún famoso, imagino respondiendo las preguntas.
Conste que no es una cadena ni nada por el estilo.
1. ¿Cual es su autor favorito?
No hay uno solo, sería muy aburrido. Ahora pienso en Roberto Bolaño.
2. ¿Cuál es el cambio de “looK” más radical de su vida?
A los 22 me ricé el pelo cual león de la Metro.
3. ¿Qué hora prefiere para el amor?
En la noche por lo romántico, y al medio día por sentirme pecadora.
4. ¿Qué obra de la arquitectura la emociona?
El Museo Guggenheim de Bilbao
5. ¿Qué música busca por instinto?
Siempre he buscado EL ROCK
6. ¿Cuál es el objeto que más tiempo lleva en su mesa de noche?
Un termómetro.
7. ¿Qué olor lo devuelve a la infancia?
El olor a vaca.
8. ¿Qué obra de arte sustraería de un museo para tenerlo en su casa?
Cualquiera de Piet Mondrian
9. ¿Cuál es el único ritual imprescindible en su vida?
Fumarme un cigarrillo antes de dormir.
10. ¿En dónde queda el paraíso?
En su cama.
11. ¿Ama a Dios sobre todas las cosas?
Amo a otro dios más terrenal.
12. ¿De qué se arrepiente?
De no haber luchado más.
13. ¿Qué tema elude recurrentemente?
Mi pasado.
14. ¿Qué ventajas tendría ser del sexo opuesto?
Ninguna. O bueno, solo una, hacer pipí de pie.
15. ¿Cuál es el ingrediente imprescindible en su comida?
El ajo y las papas.
16. ¿A que mujer/hombre de la ficción le gustaría volver de carne y hueso?
A Pepe Carvalho.
17. ¿Qué acto político le sigue enfureciendo?
El despeje del Caguan.
18. Un epitafio en su tumba.
Este es un viaje que siempre evité hacer.
jueves, marzo 16, 2006
domingo, marzo 12, 2006
Poesías
Un tango
Siempre me han gustado los tangos, quizás por que soy igual de dramática a ellos. Hace poco oí esta canción en un local de tangos, entre rones, voces y risas, y no me quedó mas remedio que dedicármelo y brindar por el.
Nada de rencores ni despecho, solo me río de ayer.
Mala suerte
Francisco Gorrindo
¡Se acabó nuestro cariño, me dijiste fríamente,
yo pensé pa' mis adentros, puede que tenga razón,
lo pensé y te dejé sola, sola y dueña de tu vida,
mientras yo con mi conciencia me jugaba el corazón.
Y cerré fuerte los ojos, y apreté fuerte los labios,
pa' no verte, pa' no hablarte, pa' no gritar un adiós
y tranqueando despacito me fui al bar que está en la esquina para ahogar con cuatro tragos lo que pudo ser tu amor.
Yo no pude prometerte
cambiar la vida que llevo,
porque nací calavera
y así me habré de morir.
A mi me tira la farra,
el café, la muchachada,
y donde haya una milonga
yo no puedo estar sin ir.
Bien sabés cómo yo he sido,
bien sabés cómo he pensado,
de mis locas inquietudes,
de mi afán de callejear.
Mala suerte si hoy te pierdo,
mala suerte si ando solo,
el culpable soy de todo
ya que no puedo cambiar.
Porque yo sé que mi vida no es una vida modelo,
porque quien tiene un cariño, al cariño se ha de dar,
y yo soy como el jilguero, que aun estando en jaula de oro, en su canto llora siempre el antojo de volar...
He tenido mala suerte, pero hablando francamente,
yo te quedo agradecido, has sido novia y mujer;
si la vida ha de apurarme con rigores algún día,
¡ya podés estar segura que de vos me acordaré!
jueves, marzo 02, 2006
Silencio
viernes, febrero 24, 2006
Cuestionario
Hoy no tengo ganas de ser trascendental, así que he copiado, ya no se de que blog, este cuestionario, entonces lo respondo y que siga el que quiera!
(me parece de lo mas tonto... y quizás para lo único que sirva es para ampliar un poco el perfil).
1. Cuatro trabajos que he tenido:
1. Recepcionista
2. Publicista
3. Diseñadora gráfica
4. Publicista
2. Cuatro trabajos que he querido tener:
1. Barmen o Barwoman?
2. Directora de una galería de arte
3. Editora literaria
4. Organizadora de eventos culturales
3. Cuatro películas que puedo ver una y otra vez:
1. El tambor de hojalata
2. Kill Bill
3. Héroe
4. Lost in translation
4. Cuatro lugares donde he vivido:
1. Santander (España)
2. Medellín
3. Cartagena de Indias
4. El Retiro (Antioquia, Colombia)
5. Cuatro programas de televisión que me gustan en exceso:
1. Noticieros
2. Las series de Sony
3.
4.
6. Cuatro lugares donde estuve de vacaciones:
1. Miami
2. Madrid
3. Valencia
4. Munich
7. Cuatro lugares donde me gustaría ir:
1. Los Angeles
2. Portugal
3. Montevideo
4. Londres
8. Cuatro platos favoritos:
1. Panes
2. Tortilla española
3. Empanadas
4. Mariscos
9. Cuatro sitios web que visito a diario:
1. Hotmail
2. Yahoo
3. Trampa para ratones
4. Palabrassobrealgodon.com
10. Cuatro lugares en los que me gustaría estar en este momento:
1. Cruzando el Puente Romano de Ourense
2. En una terraza mirando el mar
3. En tu casa
4. En mi cama
viernes, febrero 17, 2006
Cuentos
Ayer, al entrar a mi casa después de sacar a pasear a mi perra, me crucé con migo misma, que estaba de salida. Me miré sorprendida, y a mi me pasó lo mismo. Seguí mi camino y yo hice lo mismo. Entré a la cocina, pero la comida ya estaba lista. Reaccioné asustada y salí corriendo a ver si me alcanzaba en la calle, caminé un rato, pasé por el parque, por la tienda del barrio donde suelo comprar mis cigarrillos, no me veía por ningún lado, no me ví por donde siempre suelo pasar. Aún hoy no se donde estoy.
Ya no hay ayer
Caminé mucho por esos lugares de ayer y de ellos no queda nada. Las calles llenas de árboles que ahora no tienen hojas, el restaurante de comida árabe cerró, las montañas cercanas están áridas. Nuestros amigos siguen en el mismo lugar, sin moverse, se los tragó el tiempo y se quedaron como estatuas. Ya no queda nada, ni veo a nadie. Y como se que no me crees, te llamo para invitarte a buscar juntos esa memoria. Nos sentaremos en mi sala, miraremos por la ventana y te darás cuenta que ya no queda nada.
lunes, febrero 13, 2006
No te oí
martes, febrero 07, 2006
Tintin el culplable
No puedo calcular exactamente que edad tenía cuando por primera vez conocí a Tintín, pero eso que importa, lo importante realmente fue lo que significó en mi vida. Fue mucho lo que me hizo soñar e imaginar, viajé gratis por el mundo entero, conocí paisajes que me enamoraron y viví junto a él aventuras únicas. Milú era mi preferido, también hubiera querido tener un perro que me hablara, además su tamaño era ideal, “el perro maletín” –asi lo catalogué yo- que podía llevarse a todas partes (el perro que “me tocó” amar en la vida, es una gigante Golden Retriver, y nada de “perro maletín” tiene, estorba como no se imaginan). Tintín llegaba a mi vida en libros de pasta dura y llenos de color, cada mes, gracias a un amigo de mi padre que me los enviaba de España. Abrir aquellos libros era olvidarse del mundo por unos cuatro días, miraba, leía una y otra vez, los olía, y así me la pasaba ilusionada y feliz.
Las Joyas de
A los Hermanos Hernández y Fernandez, El capitán Haddock, borrachito permanente, y al loco Profesor Tornasol, no los he olvidado aún, se metieron en mi corazón por siempre y aún siguen haciéndome reír y soñar como cuando niña. Me alegra no crecer tanto y poder seguir imaginando y deseando vivir todas esas aventuras.
Tintín me diferencio de los amigos del colegio y del barrio, mientras ellos leían Condorito y el Pato Donald, yo, la muy distinta –cosa que me alegra – leía esos libros venidos de otro continente. Por eso mi niñez fue tan especial, por eso soñé mas y perdí mas asignaturas en el colegio, pero parte de lo que soy hoy, se debe a aquel periodista bajito y calvo, que me hizo activar mi cerebro y obligarme a imaginar mundos únicos y maravillosos, en los que viví feliz.
PD. Y como Tintín, me hiciste imaginar otros mundos a través de tus sueños de cine, y ahora sin ninguno de los dos, prometo que no dejaré de soñar. Esto es para los dos.
viernes, febrero 03, 2006
Viaje al norte
Hoy me dio por la música celta, repito una y otra vez aquella canción que llegó por el mail, mientras, una gota del vaso de ron cae por mi escote, y no se por qué, pero me siento plácida. Cierro los ojos y viajo gratis, al norte, cerca del mar, a la península, y oigo la banda del pueblo que anuncia mi llegada, todo es fiesta, por fin puedo ver su cara, pero descubro que nos conocíamos de siempre. Pasamos una semana aprendiendo las canciones de Los Parlantes y el himno del Atletic Club de Bilbao. Ahora abro los ojos, estoy a este lado, al sur, y me río de recordar la cicatriz en su pierna.
De vuelta
Me levanté y sabía que no sería un día normal. Salgo a la calle con la cabeza agachada, sin mirar al frente, sin saber a donde ir. Camino por mucho tiempo y mi actitud es la misma, no pienso en mi destino. Me canso de caminar, y decido levantar la cabeza y observar a mi alrededor. Descubro que llegué al lugar que buscaba, llegué a mi vida anterior. Entonces doy la vuelta y regreso. Sonrío y grito: ¡He vuelto!
A ojo cerrado
Me gustan los diccionarios. Los abro y siento su olor, los miro interminablemente, no busco nada en concreto, pero siempre encuentro las respuestas. Abro al azar una página y con los ojos cerrados señalo con el dedo una palabra, pienso entonces una pregunta: ¿Me odias? Abro los ojos miro la palabra escogida y leo: Encolerizar: Enfurecer, poner colérico a alguien. Cierro de nuevo el diccionario, juego a lo mismo, me pregunto: ¿Volverás? Abro lo ojos y leo: Deponer: Abandonar, dejar a un lado. Ya no quiero jugar más. Los diccionarios siempre dicen la verdad.
jueves, febrero 02, 2006
Cuentos
Máscara
Se le cayó la cara de vergüenza, y cuando quiso recogerla lo dudo. No sabía si era capaz de volverla a mirar con esa cara. Pensó un rato, miró su cara en el suelo, y sintió de nuevo vergüenza, y entonces se le cayó el corazón, mil pedazos cayeron. La cara y el corazón miraba con tristeza. Siguió su camino, sin cara ni corazón quedó, bien sabía que de nada le servían ya, ella no lo volvería a mirar ni el corazón a amar.
Un día de estos
He pensado que un día se lo diré. He de tener valor para no bajar la mirada y decirle toda la verdad sin importar las consecuencias. Aunque me da vergüenza se lo diré uno de estos días, no puedo dejar que el tiempo pase y nuestros cuerpos estén ya cansados de rodar en camas alquiladas, y nos volvamos sordos y ciegos. Uno de estos días pasaré por tu casa y sin decírtelo lo sabrás.
miércoles, febrero 01, 2006
Hoy quiero que ella escriba por mi. Si vamos a escribir lo mismo, mejor le queda a la Pizarnik.
Buscar
No es un verbo sino un vértigo.
No indica acción. No quiere decir ir al encuentro de alguien sino yacer porque alguien no viene.
Y como canción de fondo, bien queda Flor de Loto.
(me invadió de nuevo el dramatismo, no lo puedo evita, asi soy yo mi querido ratón)
domingo, enero 29, 2006
Manual
viernes, enero 27, 2006
Día de furia
Soy incontrolable, furiosa, demasiado impaciente, y por eso hoy tuve que controlar mis músculos para no atacar al mundo entero que parece se olvidaron que no viven solos.
Esto me inspiró a hacer uso de las famosas listas en los blogs, pues hoy no voy a hacerla con mis manías, si no con mis furias.
Furia 1: Me enfurece que en el supermercado la gente deje el carrito atravesado en cualquier parte e impida que el resto podamos circular.
Furia 2: Odio a la gente que no me mira a los ojos cuando me hablan.
Furia 3: Odio a los que tienes malos modales cuando comen.
Furia 4: Me enfurece y puedo matar, a los que me hunden los dedos en la espalda para llamar mi atención.
Furia 5: Odio los hombres con zapatos feos y sucios.
Furia 6: Enfurezco con los clientes (trabajo en publicidad) que se las dan de sabelotodo y creen que un programa de diseño por computador lo hace todo y que mi cerebro no sirve para nada.
Furia 7: Odio a las mamás que dejan que sus hijos hagan y deshagan, sin que les digan nada.
Furia 8: Enfurezco demasiado cuando en cine el de la silla de atrás le da patadas a mi silla.
Furia 9: También odio a los que hablan en cine o gritan a los actores en una escena de violencia: “Dale, pégale”, “Mátalo”! Los odio.
Furia 10: Odio profundamente a los que me mienten por lástima con migo, que poco valor me dan.
Furia 11: No soporto a los que se creen mas de lo que son realmente, sobre todo sabiendo uno que son tan poca cosa.
Furia 12: Me enfurece que no contesten mis correos.
Hay mas, muchas mas, pero recordarlas me está enfureciendo de nuevo, así que acá termino.
jueves, enero 26, 2006
Elogio al desequilibrio
En la edición 66 de la revista El Malpensante leí este artículo, y transcribo parte de él:
En sus Cartas a un joven poeta, Rainer María Rilke, recomienda buscar siempre lo más difícil, “porque ahí se encuentra todo lo viviente”. El arte nunca nace de la plenitud, nace, en cambio, de una cierta tensión del vacío y como una forma de resolver esa tensión, no anulándola, sino ofreciéndole un cuerpo y un alma, que es el objeto artístico.
Incluso podríamos decir lo mismo de la historia: es sobre todo en los períodos de guerra cuando se producen saltos en el desarrollo tecnológico y en la evolución social de las naciones.
El movimiento nace del desequilibrio. La vida nace del desequilibrio, de la diferencia de potenciales químicos, eléctricos, gravitatorios. La supuesta “muerte térmica” del universo ocurre cuando toda la energía se encuentra en un equilibrio inmóvil, tibio y eterno.
Por eso imagino a veces, cuando la ciudad está dormida, como llega la muerte de ideas, de amores, de odios. La dificultad es constante y eso nos hace activos, pobre del quieto, pobre del que cree que todo le es fácil, que poco tiene para dar, pobre del equilibrado. Me alegro de mi constante actividad, de mi dificultad para escribir, pintar, amar, y hasta odiar, me alegro de mi desequilibrio insistente. No quiero estar plena por que entonces todo habrá acabado.
martes, enero 24, 2006
lugares
queda un poco de él en los lugares donde una
caricia, un sollozo los justificó. inadvertidamente
nos llaman esos lugares. y aún cuando seamos otros
en otros rostros de amor, no importa. volvemos a
caminar la ciudad en medio del sobresalto por
algo que creemos una premonición. y la ciudad
está ahí por encima del crimen, por encima del
horror: es una estela de fuego la que roza
los labios expectantes. ¿habíamos podido huir de
estas esquinas, de estas canciones? el amor
persiste en la superficie de un muro
castigado, en la pátina de un mueble ¿no
dicen que el alcohol destruye la memoria? el
borracho que nos habla sabe de la barbarie de
los días acumulados y lee en el
lugar el alfabeto de estos amores que para él
se siguen sucediendo en el tiempo: sin adioses.
en las paredes del café las fotos son las mismas
y en el traganiquel ninguna canción ha cambaido:
lo mas lejano estaba aquí, todos los mares, todos
los peligros, el amor que no fue. y es por eso el
amor verdadero. también aquí la poesía y la desdicha,
cartografía del lugar en el tiempo, nombre sin
nombre de otras esquinas y de otras sombras. aguas
perennes del mismo río que nos cambia y nos despoja.
lunes, enero 23, 2006
Diferente
La altura de una mesa, las agarraderas de las puertas, las estanterías de las librerías, las vitrinas de los almacenes, la distancia que separa el anden del vagón del metro, el tamaño de los árboles, los espacios de las casas.
He vivido una vida extraña. He vivido todo desde un punto de vista diferente, he interpretado todo con un código diferente. Así mismo, los demás me han interpretado de maneras siempre diferentes y muy alejadas, por cierto, de lo que verdaderamente soy. Han sentido miedo, odio, amor, piedad, ternura.
Durante mucho tiempo pensé que llevaba puesta una máscara que me separaba de los demás, me diferenciaba, me hacía muy visible. Pero no podía quitármela como cuando el juego se acaba. Esa era yo, por la mañana, al levantarme, esa era yo en la noche. Un cuerpo que mutaba siempre y no dejaría de hacerlo cuando la adolescencia acabara. Sería una adolescente toda la vida.
Ahora que se que yo, soy yo, pienso que las cosas que he sentido y aprendido no tienen precio.
Estoy contenta. Inclusos de haber provocado comentarios en los demás, de haberlos forzado a aceptar que no hay un único modo, un único conocimiento, una única interpretación posible.
sábado, enero 21, 2006
Los domingos
La mesa estaba puesta, los fogones ansiosos por cocinar, los delantales puestos, los hielos en el vaso, el olor del ajo asesinando los estómagos vacíos. Domingo al medio día, domingo de comida, domingo delicioso. Domingos a tu lado. Domingos felices.
Y todo volvió a ser lo de antes. No quiero abrir los ojos, no quiero que mi cerebro se active, no quiero saber que es domingo, no quiero despertar, no quiero extrañarte, no quiero ya comer.
Domingos asesinos, días sin ganas, días de lluvia, días de soledad, odio de nuevo los domingos, odio no tenerte, odio sentirme así.
viernes, enero 20, 2006
Frases
"No quiero necesitarte...porque no puedo tenerte".Clint Eastwood. Los puentes de Madison.
"Los viejos sueños eran buenos sueños. No se cumplieron, pero me alegro de haberlos tenido".Meryl Streep. Los puentes de Madison.
"Estoy perdida, ¿eso tiene arreglo?".Scarlett Johansson. Lost in Translation.
Memento
Si soy lo que recuerdo, entonces ya se quien soy.
domingo, enero 15, 2006
sábado, enero 14, 2006
Sangre
sábado, enero 07, 2006
Perros
Claro que a veces sucede algo diferente, y estas señoras dueñas de perros pequeños, demuestran su valentía y permiten que los dos perros se acerquen, el pequeño y el grande. Se huelen, mueven la cola, el uno huele el trasero del otro, y de pronto! un feroz ladrido se oye, veo brillar unos dientes afilados, el pelo del lomo está erizado, y cuando logro entender la escena, mi perro grande sale corriendo muerto de miedo ante la amenaza del pequeño perro. Otro acto patético, ahora debo ver mi perro grande muerto de miedo ante un pequeño que podría asesinar de un solo mordisco… si quisiera. Pero de tal palo tal astilla, y las dos seguimos el camino a pesar de que las piernas-patas nos tiemblan hasta casi desmayar.
Así que perro significa paciencia. Perro significa amor de verdad, significa mi perro todo para mi, así no cumpla con las obligaciones que tiene todo perro, que es defenderse y no dejarse amilanar por los perros pequeños. Así lo quiero yo.
lunes, enero 02, 2006
sin palabras
Por fin
Por fin se acabaron estas fiestas de navidad y año nuevo. Por fin ya los zapatos nuevos que les regalaron el 24 (y que el 25 todos estrenaban) ya están sucios, por fin a todos se les quitó esa carita de parranda y esa emoción ridícula de sentirse en diciembre, por fin se deja de oír la pólvora que tiran todas las noches, por fin el niño dios nació (cuantas veces ha nacido ya?), y el año nuevo empezó.
Pero para no parecer una amargada, debo confesar que estas fiestas, estas últimas, han sido un encuentro maravilloso con la familia, y he bailado como hace mucho no lo hacía.
Sigo esperando los regalos.
sábado, octubre 01, 2005
Paz en su tumba
Ahora esa luz la veo y me ilumina tanto que debo cerrar los ojos para que no me deslumbre tanta esperanza. Casi soy feliz, y ahora camino mas erguida por que quiero que me vean, que me admiren, que me deseen. Ahora adoro las noches por que viajo siempre al mundo que se me antoje, sueño tranquila locuras que al despertar río, y me levanto con el pie derecho.
La soledad la administro yo, va y viene cuando yo quiero, ya aprendió a pedirme permiso y por fin pusimos las reglas a seguir.
Ojos verdes, ojos negros, ámbar, labios gruesos y delgados, pelos de punta, rojos y negros, manos largas, manos fuertes, voces suaves, voces roncas, tantas caras que mirar, tanto de que opinar, tanto que esperar.
Vuelvo a creer, a confiar en el parcero, en la familia, y más importante, ahora creo mucho en mi, me creo valiosa, por que eso me dicen siempre.
Voy lenta en este cambio, temores me quedaron, y ser precavida no está mal, trato siempre de no recordar esa historia inmediata que viví en que el color gris se pegaba a mis retinas, y me hacía ver mi vida como en una sala de velación sin muerto aún.
“Me sentaré a ver pasar el cadáver de mi enemigo”: no lo quiero cadáver a él, pero si veo pasar la muerte de un amor asesinado mas de cien veces. Paz en su tumba, te voy a extrañar.
lunes, septiembre 26, 2005
Litros de alcohol corren por mis venas...
Que hay peor que despertar a la mañana siguiente, cuando de inmediato llegan a la mente esos sucesos trasnochados que aceleran el ritmo del corazón, y uno no quiere sino volver a dormirse por unos dos o tres años y solo despertar cuando todos hayan olvidado el gran ridículo que cometimos. Pero no, no se puede volver a dormir, el remordimiento, la vergüenza y el espantoso dolor de cabeza recuerdan lo sucedido. Maldito asesino sin piedad es el “guayabo moral”. Promesas van y vienen, iguales a las dichas aquella otra vez que sucedió lo mismo, pero como siempre, la memoria pasa derecho, y volvemos a emborracharnos: prometo no volver a tomar tequila!!!
No quiero ni imaginar lo que ese hombre pensó cuando cambié mi idioma natal por el ruso, poco entendería lo que le decía esa noche en el carro mientras me traía a casa, y cuando me agarraba de todo para no caer mientras lograba llegar al portón de la casa y tratar de meter las llaves para abrir la puerta. Me quiero morir!!!
domingo, septiembre 18, 2005
SIN MALETAS
Cambio de táctica, cambio de ideas, cambio de deseos, cambio y no hay cambio, la misma ausencia, lo mismo de siempre. Me siento en el sofá a esperar y no llega ni la compasión, y aunque lo pedí, ni en la lista de los agradecimientos estoy anotada. Nada de nada, nada quiero esperar, no puedo, por eso me voy.
Las maletas las dejo llenas de vacíos eternos y dolorosos. Para qué cargar con tanto peso por la vida nueva, y es cierto eso de “viajar ligero de equipaje” por que el viaje supone la eternidad y no hay vuelta atrás. Me voy triste de dejar un dolor al que me acostumbré por que la soledad me obligó, maldita soledad tan poco generosa y tan egoísta, pero sí muy fiel al mismo victimario. La soledad y el victimario al fin del mundo los enviaré, las millas acumuladas de mi largo viaje alcanzarán para su boleto y por lo menos eso, me saldrá gratis.
martes, agosto 30, 2005
La tostada francesa
lunes, agosto 29, 2005
Vacíos
TOCARTE
Tocarte y morir
Me morí por tocarte
Tocarte me hizo morir
Morir de tanto tocar
Tocarte me mató
Me mató que no volvieras a tocarme
Tocarme te insistía
Insistías en no tocarme
RETRATO
Voy a retratarte
Para que si te vas
Te quedes.
Una foto me avisa
Que existías
Me avisa que fuiste
Que fuiste real
Y real fuiste?
PERDIDO
Qué perdí?
Perdí acaso algo?
El estómago me dice que si.
Contracara
La noche del sábado decidí salir con un famoso. De que era famoso, sólo me enteré cuando ya era demasiado tarde.
Te recojo a las 7:30 p.m. para irnos a tomar unos tragos al Mall de “LLanogrande”, sentenció el famoso. 45 minutos duró el viaje, y yo seguía sin saber que quien manejaba el carro era un famoso del cine. De lo que si estaba segura era de que el conductor poco tenía en el cerebro que a mi pudiera interesar –cómo no sospeché, si hay tan pocos famosos con tan poco cerebro como el famoso que después me sorprendería - .
El Mall estaba lleno de gente a pesar de la lluvia y el frío. Mientras caminábamos entre tanta gente buscando los amigos, un grito saltó inesperadamente: ¡Nícolas! ¡Nícolas!. Pensé que era un amigo de él –mi amigo se llama así- , pero NO!, mi pareja volteó sorprendido queriendo descubrir la cara dueña de esa voz, no lo conocía. ¡Es igualito a Nicolas Cage! ¡Igualito! ¿Si o no? le gritaba a sus otros amigos aquel hombre. Sentí algo en mi estómago que no me gustó, y miré hacía arriba queriendo comprobar si era cierto ese parecido, igual, exacto, tanto de ancho como de alto, el mismo pelo, los mismos ojos… el mismo cerebro! No lo podía creer, y no era que estuviera esperando mucho de mi amigo, realmente no me interesa para nada mas allá que salir, pero como es posible que la vida me cobre las deudas de esta manera, ponerme de frente ese clon, ese mediocre actor, ese con cara de idiota y gusto de mafioso. Hubiera querido en cambio que se cambiara la cara por John Travolta. La noche la pasé mirándolo y no creyéndolo, es igualito.
viernes, agosto 26, 2005
Rectificación
Instantes en que se cree que se vence al enemigo, sin saber que ese enemigo aún tiene poder sobre el alma de los todavía débiles. Débil sigue un cuerpo que aún piensa tanto, que cuando recorre caminos ya andados, saltan de repente fantasmas que lo dejan perdido sin saber a donde ir. Recuerdos recurrentes, asesinos, implacables, de historias maravillosas, conversaciones infinitas, risas únicas, mañanas iluminadas y tristes despedidas. Cuerpo débil y mente caminadora, corazón triste y espacios vacíos. No por un amor perdido llora ese corazón, el amor fue una ilusión, llora por
ese cuerpo que necesitaba para saber de la vida, para aprender a caminar por el mundo, para reír y burlarse de los mortales, para saber que es mucho mas grande lo que parece pequeño, para saber que no es una piedra sino una roca.
Un día hace poco el cuerpo tocó el territorio del ausente, y como luces pirotécnicas fueron apareciendo en el cielo negro brillos y chispas de dolor, y una tristeza muy profunda confirmó que aún sigue tan solo en medio de unos pocos humanos que simplemente están ahí para no dejarlo caer.
En misiva pasada cuenta que el olvido llegaba, que los recuerdos andaban dando pasitos suaves, pero ese cuerpo de culos cayó al descubrir que no hay manera de olvidar absolutamente nada, por que simplemente no le da la gana de olvidar.
Bola de pelos
Coincidencias de personalidad
Al leer el libro “El hombre de mi vida” de Manuel Vásquez Montalbán encontré una exacta descripción de mi intermitente y extensa relación con el “hombre de mi vida” –ya dejó de serlo, pero si que lo fue –, en la carta que recibe su famoso personaje Pepe Carvalho de su no amada Jessica. Yo tampoco fui amada.
“Nadie es responsable de mi tristeza, al contrario, yo he debido ser penosa para ti, te he cercado, acorralado, obligado a gestos, expresiones a las que nunca te hubieras encaminado por ti solo, además de todo eso no sólo no me doy por satisfecha, sino que te recrimino que no sientas lo mismo, con la misma intensidad que yo. Lo cierto es que mi adoración por ti me hizo creer que tenía derecho a exigir la misma respuesta; cuando sentí la distancia, te hubiera abofeteado. Fue mucho más tarde cuando intuí hasta qué punto te has sentido obligado; sin duda, yo he sido quien se ha lanzado al abordaje de un barco (que navegaba con rumbo fijo, no en paz y felicidad, pero sí con el horizonte adivinado) sin haber sido invitada, asaltándote por sorpresa, reclamando –exigiendo - tu atención, tu dedicación.
No creo confundirme al pensar que también ha ayudado a desconcertarme cierta dosis –lógica – de vanidad por tu parte, el deseo de querer prolongar la sensación placentera del que se siente admirado; si a eso se añaden el atractivo de la diferencia de edad que a ti te habrá alagado y el aliciente de mi buena presencia (deja que presuma de mi envoltorio) acabó por explicarme el motivo por el que me animé a pensar que tus gestos, tu inclinación hacia mí, nacían de la necesidad de compartir emociones más serias. Mi estómago es un “matasuegras” cuando me encuentro con tigo; mi más importante objetivo no es saber de las inquietudes de Mauricio.
Tienes una necesidad de cariño que nunca consigues saciar, a ese problema se añade tu generosidad –entrañable - que te obliga a corresponder - ¿agradecer? – a los que te quieren. Este comportamiento acaba siempre en un atasco que pocas veces consigues resolver, te obligas a mantener una puesta en escena de reciprocidad a la muestras de afecto que se te dan, como un modo de compensar y, a la vez, propiciar que te sigan queriendo. Ya que hablo de cariño y de afecto parece apropiado decir que estableces una dinámica de “abrazo mortal”, es decir, te haces trampas a ti mismo, te eres deshonesto. No me extrañaría que cuando te sientes –por que sientes – acosado por tus fantasmas, demuestres tu furia para, acto seguido, tratar de remediarlo dando nuevas muestras de cariño, con su ya conocido resultado. Tienes mi admiración, mi afecto, mi respeto, me has devuelto la ilusión, los sueños, las dudas, todas las dudas. Celebraré si eso te produce cualquier felicidad, pero: ná te debo, ná me debes.
Estoy en estado de gracia, tú has sido el catalizador, como tal, puesta ya en marcha la reacción, no te necesito para nada.
Tú, a mí sácame de la lista de los agradecimientos.”